ViSiTaS

miércoles, 19 de junio de 2013

Sentimientos VS Inteligencia/Lógica/Sentido Común

El título de este texto es tan grandilocuente como estúpido por mi parte intentar disertar sobre semejante conflicto. Lo intentaré hacer desde mi propia experiencia, con el conocimiento básico adquirido en mi paso calmado y privilegiado por la vida.

Siempre me creí afortunado por todo lo que me iba aconteciendo. Pero la verdad es que hasta hace muy poco, no me había sucedido nada grave (increíble), nada que me hiciera tocar el fondo (las nubes) hasta decir basta. Hasta gritar esto no va a poder conmigo, hasta llorar y reír con sentido y sin él, hasta sentirme piel y sentimientos y no necesitar lo que de verdad necesitamos para subsistir, y que no es más que algo de comida sólida, algo de comida líquida y un techo (si me apura). Algo estaba aconteciendo en mí que por muy duro (mágico) que me pareciera, jamás hubiera podido entender que iba a ser lo peor (mejor) sufrido y lo más surrealista (realista) que me podía pasar.

Hace días dejaba atrás una vida o la vida me dejaba a mi atrás. Una vida feliz como pocas pude ver, y casi me atrevería a decir que admirada por  much@s. Y era así, era una vida verdaderamente feliz, sin aspavientos, sin elementos vacíos ni accesorios, sin prisas, llena de detalles, de gestos de cariño, de pasión, de admiración…pero, y aquí llega el pero, depende del concepto que cada uno entienda por “ser feliz”.
Imagino que habrá personas que ni siquiera se han planteado que les hace feliz, ya sea por vaguedad mental o porque simplemente se han dado cuenta que no tienen nada de lo que les hace feliz a su alrededor, y eso les aterroriza, les da pánico y pavor. A veces, vemos la felicidad en vida ajena, sin pararnos a pensar en que somos los principales responsables de la vida que tenemos.



Pero ahí quedó, atrás…de una manera u otra, mi anterior vida quedó en un letargo al cual le deseo todas las bondades. Llegar a esta conclusión bien que me ha costado, principalmente por esa lucha interna que indico en el título de este post. Obviamente, somos quienes somos por lo que vivimos y por lo que aprendemos de eso que vivimos; así que solo podemos crecer cuando nos enfrentamos a este tipo de “regalos de la vida”. Como resumen, me confirmé que me sobraban muchas “cosas” y personas a mi alrededor…y me hacían falta pocas “cosas” y personas a mi alrededor. Fácil, verdad ¿? No tanto, ya que llegar a conclusiones tan drásticas no se asimilan tan fácil; sobre todo entender que tus “necesidades” son otras y asumir que si alguna de éstas no están, es porque otras mejores están por llegar.

A pesar de lo vivido, la vida te sorprende y te vuelve a dar más regalos, y aquí viene lo bueno…igual o mejores que los del pasado. Cuando hace días uno está en la creencia de que lo de antes era difícil de superar, recibir más y mejores regalos te deja descolocado, atónito y completamente speechless. Y de nuevo el dichoso “titulo” cobra sentido. Dudas, miedos y sentimientos mezclados que no te dejan ver lo extraordinario del momento, de los nuevos acontecimientos y que a veces, y digo a veces, la inteligencia, la lógica y el sentido común no valen para nada, o mejor dicho, valen para poco.


Ilusiones nuevas que te hacen comparar, olvidar y afirmar que lo mejor está por llegar, que todo tiene oportunidades de mejora y que los pilares más grandes tan pronto se caen son capaces de renacer en su versión 2.0. y más robustos y fuertes que nunca.

Que la vida nos dé regalos tan dispares para mi es un misterio…y no acabo de entender como en semanas se puede pasar de llorar de rabia a llorar de emoción. Ahora el problema, el bendito problema ¡¡¡ es tener calma para disfrutar de tanto bueno e increíble que me llega y no dar ningún mal paso. Aprender a ser tan feliz sin correr hacia lo que uno quiere, dejando que te lleguen las cosas y no ir a por ellas. Ya me demostré demasiadas veces que si quiero algo de verdad y en cualquier ámbito, lo consigo, no con pocos esfuerzos…pero lo consigo. El nuevo reto parece que es desear y sentir “algo” con todas mis fuerzas, y “esperarlo sentado en silencio y pensándolo a gritos”.


Dejar que venga hacia mi, o al menos, que la consecución de ese “algo” sea calmada porque no tengo que competir con nadie, no tengo prisa, … será esto aplicar el sentido común a los sentimientos ¿? O tendrá que ver con la inteligencia emocional ¿?

Sea lo que sea…gracIas BuDha o el que tenga la culpa de esto ¡¡¡ de todo esto ¡¡¡