El título de este texto es
tan grandilocuente como estúpido por mi parte intentar disertar sobre semejante
conflicto. Lo intentaré hacer desde mi propia experiencia, con el conocimiento
básico adquirido en mi paso calmado y privilegiado por la vida.
Siempre me creí afortunado
por todo lo que me iba aconteciendo. Pero la verdad es que hasta hace muy poco,
no me había sucedido nada grave (increíble), nada que me hiciera tocar el
fondo (las nubes) hasta decir basta.
Hasta gritar esto no va a poder conmigo, hasta llorar y reír con sentido y sin
él, hasta sentirme piel y sentimientos y no necesitar lo que de verdad
necesitamos para subsistir, y que no es más que algo de comida sólida, algo de
comida líquida y un techo (si me apura). Algo estaba aconteciendo en mí que por
muy duro (mágico) que me pareciera,
jamás hubiera podido entender que iba a ser lo peor (mejor) sufrido y lo más surrealista (realista) que me podía pasar.
Hace días dejaba atrás una
vida o la vida me dejaba a mi atrás. Una vida feliz como pocas pude ver, y casi
me atrevería a decir que admirada por
much@s. Y era así, era una vida verdaderamente feliz, sin aspavientos,
sin elementos vacíos ni accesorios, sin prisas, llena de detalles, de gestos de
cariño, de pasión, de admiración…pero, y aquí llega el pero, depende del
concepto que cada uno entienda por “ser feliz”.
Imagino que habrá personas
que ni siquiera se han planteado que les hace feliz, ya sea por vaguedad mental
o porque simplemente se han dado cuenta que no tienen nada de lo que les hace
feliz a su alrededor, y eso les aterroriza, les da pánico y pavor. A veces,
vemos la felicidad en vida ajena, sin pararnos a pensar en que somos los
principales responsables de la vida que tenemos.
Pero ahí quedó, atrás…de una
manera u otra, mi anterior vida quedó en un letargo al cual le deseo todas las
bondades. Llegar a esta conclusión bien que me ha costado, principalmente por
esa lucha interna que indico en el título de este post. Obviamente, somos quienes
somos por lo que vivimos y por lo que aprendemos de eso que vivimos; así que
solo podemos crecer cuando nos enfrentamos a este tipo de “regalos de la vida”.
Como resumen, me confirmé que me sobraban muchas “cosas” y personas a mi
alrededor…y me hacían falta pocas “cosas” y personas a mi alrededor. Fácil,
verdad ¿? No tanto, ya que llegar a conclusiones tan drásticas no se asimilan
tan fácil; sobre todo entender que tus “necesidades” son otras y asumir que si
alguna de éstas no están, es porque otras mejores están por llegar.
A pesar de lo vivido, la
vida te sorprende y te vuelve a dar más regalos, y aquí viene lo bueno…igual o mejores
que los del pasado. Cuando hace días uno está en la creencia de que lo de antes
era difícil de superar, recibir más y mejores regalos te deja descolocado, atónito
y completamente speechless. Y de nuevo el dichoso “titulo” cobra sentido.
Dudas, miedos y sentimientos mezclados que no te dejan ver lo extraordinario
del momento, de los nuevos acontecimientos y que a veces, y digo a veces, la
inteligencia, la lógica y el sentido común no
valen para nada, o mejor dicho, valen para poco.
Ilusiones nuevas que te
hacen comparar, olvidar y afirmar que lo mejor está por llegar, que todo tiene
oportunidades de mejora y que los pilares más grandes tan pronto se caen son
capaces de renacer en su versión 2.0. y más robustos y fuertes que nunca.
Que la vida nos dé regalos
tan dispares para mi es un misterio…y no acabo de entender como en semanas se
puede pasar de llorar de rabia a llorar de emoción. Ahora el problema, el
bendito problema ¡¡¡ es tener calma para disfrutar de tanto bueno e increíble
que me llega y no dar ningún mal paso. Aprender a ser tan feliz sin correr
hacia lo que uno quiere, dejando que te lleguen las cosas y no ir a por ellas.
Ya me demostré demasiadas veces que si quiero algo de verdad y en cualquier
ámbito, lo consigo, no con pocos esfuerzos…pero lo consigo. El nuevo reto
parece que es desear y sentir “algo” con todas mis fuerzas, y “esperarlo sentado
en silencio y pensándolo a gritos”.
Dejar que venga hacia mi, o
al menos, que la consecución de ese “algo” sea calmada porque no tengo que
competir con nadie, no tengo prisa, … será esto aplicar el sentido común a los
sentimientos ¿? O tendrá que ver con la inteligencia emocional ¿?
Sea lo que sea…gracIas BuDha
o el que tenga la culpa de esto ¡¡¡ de todo esto ¡¡¡
3 comentarios:
Mori, en mi casa y aqui; hacemos las cosas realidad, cometemos errores, decimos lo siento, damos segundas oportunidades, reimos, perdonamos, nos abrazamos, hacemos todo fuerza e intensidad, somos una familia y hacemos el amor!! Eso es sencillamente: ser feliz!!
TQ, la rubi
Uff tendre que releerlo..., genial que hayas sido capaz de dar la vuelta a todo, capaz de racionalizar sentimientos, todo un aprendizaje para ti y para los que estamos a tu alrededor. La vida no deja de sorprendernos(sorprenderme).
Besos.
MJ
No me sorprenden tus sentimientos, ni tus razones, ni tus risas, ni tus penas, ni la infelicidad que has vivido, ni la felicidad que te ha llegado o esta por llegar, solo me sorprende lo bien que escribes. Sobri.
Tu Tito
Publicar un comentario